Ya llega la
hora de analizar las películas que compiten en la categoría principal de los Oscar
y, tras analizar semanas atrás Criadas y Señoras, ahora le toca el turno a
Moneyball: rompiendo las reglas, el film protagonizado por Brad Pitt y que le ha valido la tercera
nominación de su carrera.
Nos encontramos frente a una
película bastante normalita, que bien podría pasar como un telefilme de
laaarga duración. Si en mi anterior crítica decía que la última película de Fincher tenía un buen puñado de escenas innecesarias, ésta se lleva la palma (e irónicamente en ambas sobra Bonnie Wright) ¿Qué narices nos importa la historia familiar de Billy? ¿O las que prolongan el
tiempo en pantalla de jugadores que van a durar un suspiro? Por no hablar de todas en las que Brad Pitt sale conduciendo...
Pero a
pesar de la excesiva duración, el gran problema de la cinta es que no emociona. Hace exactamente dos años, podíamos
ver una buena e infravalorada película en la que el deporte era uno de sus
protagonistas, en ese caso fue el rugby. Su otro protagonista era Nelson
Mandela, y con él el racismo. En Moneyball podemos decir que el segundo
protagonista es ese complicado juego que es la vida. La película de Eastwood sí
que emocionaba, no hacía falta que te gustara el rugby o que supieses sus
reglas, con la mirada de Morgan Freeman visionando el partido era
suficiente. Tanto en Invictus como en Moneyball conocíamos el final, pero sólo
una emocionaba.
Más
allá de que en Moneyball apenas veamos los partidos, está el hecho de que el
béisbol es un rollazo. Me da igual que el entrenador sea Robert Redford (El
mejor), Tom Hanks (Ellas dan el golpe), Kevin Costner (Campo de sueños) o que
batee Tim Robbins (Los Búfalos de Durham; con Costner de nuevo). El béisbol no
apasiona, a menos que seas un ferviente admirador yanqui de este deporte, claro está. El
personaje de Pitt en la película dice que “es imposible no enamorarse del
béisbol”, pero lo cierto es que este deporte –al menos en el cine- no solo no
enamora, sino que aburre.
Una de las
cosas que no me quedan claras es el motivo de la candidatura de Brad Pitt, no sé
si es por lanzar por los aires todo lo que se le cruza, por hacer ejercicio o
por conducir en un aluvión de escenas que nos dejan claro lo guapo que es y que
no falla en su interpretación, pero tampoco deslumbra.
A favor de
ella, hay que destacar la acertada pero breve intervención de Philip Seymour
Hoffman y al ya mencionado Jonah Hill, además de una buena banda sonora.
Seguramente
se vaya de vacío el próximo día 26 o arañe uno de los premios menores, porque
en mejor película y en las categorías interpretativas no tiene opción, y en
mejor guión adaptado tendrá que batir a Los descendientes.
Nota: 5
NOMINACIONES
Mejor
película
Mejor actor
principal
Mejor actor
de reparto
Mejor guión
adaptado
Mejor
montaje
Mejor
sonido
En serio esto es una critica de cine? Con razón tu blog murió... Y el beisbol es un deporte aburrido, claro, si tu educación deportiva es ver a 22 tipejos corriendo tras un balón, si no entiendes un deporte tan hermoso como el beisbol no opines, en cada lanzamiento ocurre algo, cosa que en el fut bol (sí, ese si es aburrido) no sucede, pueden pasar 90 minutos sin acontecimiento, no por nada el beisbol es "el rey de los deportes"
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