Ya era hora
¿no? Por falta de tiempo me veo obligada a retrasar las críticas de El árbol de
la vida, La invención de Hugo –que no he podido ir a verla aún- y Tan fuerte,
tan cerca, que además de no tener ninguna opción de cara al Oscar, no se
estrena en España hasta mediados de marzo.
Vamos con
la favorita de este año, que además, ayer mismo ganó en las categorías
principales de los César (los Goya franceses), aunque para sorpresa de todos,
Jean Dujardin se quedó sin recoger su galardón como mejor actor.
Lo que
llama la atención de The Artist es que es una película con un formato al que no
estamos acostumbrados en la actualidad, ya que pertenece al género del cine
mudo y es en blanco y negro.
Hay que
reconocer el mérito de su realizador Michel Hazanavicius, que con una propuesta
tremendamente arriesgada, sobre todo en lo comercial, ha conseguido con una
obra de las de antes y puro amor por el cine, no solo el respaldo unánime de la
crítica, sino permanecer más de dos meses en taquilla con unos buenos datos
(todavía la podéis ver en las salas españolas).
Con una
gran realización, Hazanavicius dirige una comedia que resulta triste. Una
historia sencilla, sobre el fracaso y los sueños rotos porque ¿dónde hay más
sueños rotos que en Hollywood? El director francés consigue rodar un montón de
escenas para el recuerdo (la secuencia de la pesadilla es una genialidad).
Divertida,
hermosa, triste,… The artist roza la excelencia en varios aspectos, pero falla en
el guión y más concretamente en la construcción psicológica de su protagonista.
Y es que es difícil entender el orgullo de George Valentin, que parece más una
pataleta algo forzada en lugar de la pérdida de todo lo que tiene y su fracaso.
En cuanto a
las interpretaciones, Jean Dujardin y Bérénice Bejo no solo bordan sus papeles con
gran simpatía y risas contagiosas, sino que además tienen una química
intachable en pantalla. Sus escenas conjuntas son lo mejor que he visto este
año. La secuencia del baile de claqué tras el cartel, las diversas tomas de la
escena romántica del baile, la del camerino y la de las escaleras son
magníficas.
Sin
olvidarnos del perro Uggie, que se ha convertido en toda una sensación, e
incluso se ha hablado de que podría aparecer junto a Billy Crystal en la
ceremonia de entrega de los Oscars o de nominarle a mejor actor de reparto
(WTF!?). Y es que el dichoso animalito es adorable y coprotagoniza una excelente
escena de lo más emotiva (BANG!)
La dirección
artística en la que priman los detalles en los decorados y la ambientación, unida
al buen vestuario, y ayudados de una nostálgica fotografía ayudan a recrear el estilo de
una época y del cine de los años 20 y 30.
¿Y qué
decir de la banda sonora? Alguien dijo una vez que una película puede
prescindir de un director, de unos actores, de un guión o de diálogos, pero
jamás puede prescindir de la música. Y aquí queda muy bien reflejado, porque
sin su exquisita bso –exceptuando el tema de Vértigo que ha suscitado gran
polémica- The Artist no sería lo que es, una oda al cine.
Nota: 8+
En cuanto a los Oscar, seguramente ganará al menos el de película, director, actor, montaje y banda sonora.
NOMINACIONES
Mejor
película
Mejor
director
Mejor actor
principal
Mejor
actriz de reparto
Mejor guión
original
Mejor banda
sonora
Mejor
montaje
Mejor
dirección artística
Mejor fotografía
Mejor
vestuario
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