Un director al que la Academia de Hollywood sólo le premió con el Oscar honorífico (ocupaba un hueco en el primer puesto de nuestro top 10 injusticias de los Oscars), pero que sin duda era uno de los mejores de su generación, la conocida como generación de la televisión. Preocupado por el realismo y los temas de contenido social, nos dejó grandes películas como Serpico, Tarde de perros y Network, un mundo implacable y, por supuesto, una de las grandes obras maestras del séptimo arte: 12 hombres sin piedad.
Desde aquí le damos un triste adiós a uno de los más grandes. Descanse en Paz.
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