En 1992, el maestro Clint Eastwood nos regaló una fantástica película que resucitaba un género prácticamente olvidado: el Western. Hemos tenido que esperar casi 20 años desde Sin perdón, para volver a admirar una película del género de tanta calidad.
Ahora, de la mano de los hermanos Cohen, rememoramos la historia de Mattie Ross (Hailee Steinfeld), una chica de catorce años firmemente decidida a hacer justicia dando caza a Tom Chaney, el asesino de su padre (Josh Brolin), y que contrata los servicios del veterano sheriff Rooster Cogburn (Jeff Bridges), un borracho de gatillo fácil. Ambos perseguirán al criminal hasta territorio indio e intentarán atraparlo acompañados de LaBoeuf (Matt Damon), un ranger de Texas, que quiere atrapar a Chaney para juzgarlo por el asesinato de un senador.
Sin duda, esta es la película menos personal de los Cohen, lo cual no quiere decir que sea la peor. De hecho, pasa todo lo contrario. En mi opinión, Valor de ley es el mejor film de los Cohen, irónica y conmovedora, supera a su predecesora, el True Grit de Bernstein (1969) y que le valió su único Oscar al legendario John Wayne.
Matt Damon interpreta decentemente al ranger de Texas, aunque siempre eclipsado por el talento de los protagonistas. En aspectos técnicos es muy precisa y detallista: casi poética la fotografía, la dirección artística una maravilla, perfecto el vestuario, así como los efectos de sonido. A ello se le une un notable guión y una muy buena dirección.
En definitiva, una excelente película que ya se ha convertido en un clásico del género.
Nota: 8/10
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