Muchos tachan a Kenneth Branagh de extraño, irregular y egocéntrico. Por lo menos las dos últimas cualidades son indiscutibles, no se puede negar que el británico tiene un ego muy subidito y que su trayectoria como director es algo irregular. No obstante, creo que su carrera está algo infravalorada.
Branagh se catapultó a la fama con la notable adaptación literaria de Henry V, por la que fue nominado al Oscar a mejor director y actor. Tras el triunfo fracasó con el thriller de 1991 Morir Todavía que protagonizó junto a su esposa de entonces, la talentosa Emma Thompson. De nuevo, dirigió a Emma y cooprotagonizó junto a ella la excelente Los amigos de Peter y la notable Mucho ruido y pocas nueces, quizá dos de las películas más infravaloradas de su carrera. Completó su ciclo shakespeariano en 1996 con una magnífica adaptación de Hamlet, recogiendo así el testigo de Laurence Olivier. Eso sí, antes tuvo que meter la pata con su ególatra y pretenciosa versión de Frankenstein de Mary Shelley en 1994 y en 2007 con el innecesario remake de La Huella, que en 1972 dirigió Mankiewicz.
Ahora cambia totalmente de estilo con una superproducción de la Marvel, nada más y nada menos que con el Dios del Trueno, Thor.
Lo cierto es que el trabajo del inglés no defrauda, su adaptación del legendario superhéroe resulta bastante acertada y nos ofrece un gran comienzo en el digitalizado mundo de Asgard, dándonos un adelanto de cómo continuará la película: entretenimiento, acción, batallas épicas y toques de humor.
Si bien le falta la personalidad que caracteriza a las películas de Branagh, en algunas escenas vislumbramos su gran parecido con Hamlet (ojo a la coronación). El punto débil reside en el guión, muy bien al principio y al final, pero en la parte de Nuevo México flojea un poco y va todo demasiado rápido, aunque sigue siendo entretenida. Luego están los momentos pastel y los diálogos o escenas tremendamente previsibles.
En cuanto a interpretaciones, Chris Hemsworth está aceptable pero un escalón por debajo de los secundarios. Bastante bien Natalie Portman y sus dos compañeros de travesía, en especial un notable Stellan Skarsgard. Vemos a un creíble Loki (Tom Hiddleston) aunque le falta algo de fuerza; un simpático y efectivo miniejército de Asgardianos y se echa en falta ver más al siempre genial Dios Hopkins.
Los efectos especiales son de gran calidad y la banda sonora muy acorde. El final, como el principio, espectacular y épico, el entretenimiento apenas decae a lo largo de las más de dos horas que dura el metraje, y se podría decir que hasta se hacen cortas.
Y como nos tienen acostumbrados, nos ofrecen algunos guiños para los fans: podremos ver a un conocido actor haciendo de Superhéroe, las referencias a otras películas de Marvel y por supuesto una escena sorpresa... ¡IMPORTANTE! Quedaros hasta después de los créditos.
El resultado es una más que entretenida película, muy acorde con la tónica de las primeras de X-Men, Spiderman o Ironman y superior a muchas otras. La próxima cita con el héroe del martillo será en The Avengers.
Nota: 7- / 10
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